"Hermano," le dije, "Lo que va a escuchar son discursos dados por hombres de Dios--apóstoles y profetas." Entonces sentí la impresión de darle una promesa específica, y se la compartí inmediatamente: "Si usted escucha, hallará paz."
Esta experiencia fue una de las más poderosas de mi misión. Ese hombre, que había pasado por una prueba significativa y desoladora, carecía de consuelo que no le podía dar yo, aunque anhelaba y oraba que pudiera. En ese caso, el Señor le había guiado a esa capilla para que pudiera escuchar las voces de Sus siervos--Sus profetas y apósotles--para que pudiera hallar la paz que buscaba. Y resultó que ese hombre humilde se quedó y escuchó a los profetas de Dios.
Al cerrar esa sesión y la conferencia, el profeta Thomas Monson, el presidente de la Iglesia, dijo lo siguiente:
"Vivimos en un tiempo de la historia del mundo en que hay muchos desafíos difíciles, aunque también, grandes oportunidades y motivos para regocijarse. Hay también, por supuesto, esos momentos de decepciones, penas y hasta tragedias en nuestra vida. Sin embargo, si ponemos nuestra confianza en el Señor, Él nos ayudará en medio de las dificultades, sin importar cuáles sean. Como nos afirmó el salmista: "Por la noche durará el llanto, y a la mañana vendrá la alegría"" ("Hasta que nos volvamos a ver", abril de 2013).
Jamás olvidaré lo que pasó cuando terminó la conferencia; volteé para ver la reacción del hombre, y él sonreía. "Gracias, hermano," me dijo, y extendió la mano para agradecer. Había encontrado la paz que tanto anhelaba.
Aunque no sabía que iba a escuchar a la Conferencia General ese domingo (había ido a la iglesia porque le habíamos dicho de la hora y el lugar, pero habían pasado ya varias semanas y no habíamos hablado de la Conferencia), él había venido con una pregunta/preocupación, y entonces encontró su respuesta. Para nosotros la fórmula es igual.
Si deseamos hallar respuestas o paz o lo que sea de los mensajes de la Conferencia General, primero debemos prepararnos con preguntas específicas. Todos tenemos desafíos. Como dijo el presidente Monson, todos tiempos esos "decepciones, penas y tragedias." A veces sólo tenemos una pregunta que queremos que se conteste. El escuchar las voces de los profetas, los apóstoles y los otros líderes generales nos da una oportunidad perfecta de hallar lo que buscamos.
Sin embargo, no nos ayuda mucho preparar preguntas si no escuchamos atentamente para hallarlas. Entonces, debemos escuchar con íntegro propósito. Íntegro propósito significa que buscamos la respuesta con la intención de hacer la instrucción que reciba, no importa qué sea. Requiere fe, y require que abramos nuestro corazón y nuestra mente a lo que el Señor nos diga. Requiere que estemos despiertos físicamente también. A veces es difícil, especialmente cuando queremos hallar la respuesta en vivo; las diez horas puede parecernos muy largas. Pero es tiempo sagrado. Si escuchamos con íntegro propósito, podemos hallar las respuestas que buscamos.
Pero si también tenemos en cuenta que es según la voluntad de Dios si recibimos la respuestas a nuestras preguntas. Debemos también estar preparados para la posibilidad de que no la recibamos, y que estudio adicional y confianza adicional sean requeridos para hallarla. Si tenemos fe y confianza en el proceso de revelación, todavía la encontraremos.
Como el hombre de mi misión, el Señor quiere que busquemos guía, dirección y paz por medio de la Conferencia General. Y la misma promesa es para nosotros:
Si escuchas, hallarás.
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá."
Matthew 7:7-8
Al cerrar esa sesión y la conferencia, el profeta Thomas Monson, el presidente de la Iglesia, dijo lo siguiente:
"Vivimos en un tiempo de la historia del mundo en que hay muchos desafíos difíciles, aunque también, grandes oportunidades y motivos para regocijarse. Hay también, por supuesto, esos momentos de decepciones, penas y hasta tragedias en nuestra vida. Sin embargo, si ponemos nuestra confianza en el Señor, Él nos ayudará en medio de las dificultades, sin importar cuáles sean. Como nos afirmó el salmista: "Por la noche durará el llanto, y a la mañana vendrá la alegría"" ("Hasta que nos volvamos a ver", abril de 2013).
Jamás olvidaré lo que pasó cuando terminó la conferencia; volteé para ver la reacción del hombre, y él sonreía. "Gracias, hermano," me dijo, y extendió la mano para agradecer. Había encontrado la paz que tanto anhelaba.
Aunque no sabía que iba a escuchar a la Conferencia General ese domingo (había ido a la iglesia porque le habíamos dicho de la hora y el lugar, pero habían pasado ya varias semanas y no habíamos hablado de la Conferencia), él había venido con una pregunta/preocupación, y entonces encontró su respuesta. Para nosotros la fórmula es igual.
Si deseamos hallar respuestas o paz o lo que sea de los mensajes de la Conferencia General, primero debemos prepararnos con preguntas específicas. Todos tenemos desafíos. Como dijo el presidente Monson, todos tiempos esos "decepciones, penas y tragedias." A veces sólo tenemos una pregunta que queremos que se conteste. El escuchar las voces de los profetas, los apóstoles y los otros líderes generales nos da una oportunidad perfecta de hallar lo que buscamos.
Sin embargo, no nos ayuda mucho preparar preguntas si no escuchamos atentamente para hallarlas. Entonces, debemos escuchar con íntegro propósito. Íntegro propósito significa que buscamos la respuesta con la intención de hacer la instrucción que reciba, no importa qué sea. Requiere fe, y require que abramos nuestro corazón y nuestra mente a lo que el Señor nos diga. Requiere que estemos despiertos físicamente también. A veces es difícil, especialmente cuando queremos hallar la respuesta en vivo; las diez horas puede parecernos muy largas. Pero es tiempo sagrado. Si escuchamos con íntegro propósito, podemos hallar las respuestas que buscamos.
Pero si también tenemos en cuenta que es según la voluntad de Dios si recibimos la respuestas a nuestras preguntas. Debemos también estar preparados para la posibilidad de que no la recibamos, y que estudio adicional y confianza adicional sean requeridos para hallarla. Si tenemos fe y confianza en el proceso de revelación, todavía la encontraremos.
Como el hombre de mi misión, el Señor quiere que busquemos guía, dirección y paz por medio de la Conferencia General. Y la misma promesa es para nosotros:
Si escuchas, hallarás.
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá."
Matthew 7:7-8